sábado, 29 de julio de 2017

FELIZ CUMPLEAÑOS A UNA NIÑA DE CIEN AÑOS

Recuerdos de pan con chocolate, de tardes tras las clases (esa odiosa jornada partida), de los cuentos de mi abuela y las sillas del comedor, de una tele en blanco y negro, una sintonía: «Un globo, dos globos, tres globos...», y una señora, que entonces me parecía mayor, de aspecto bondadoso, sonrisa amable y voz cascada, una señora que regalaba poemas, una señora muy distinta a las señoras al uso por aquellas fechas.

Así conocí a Gloria Fuertes, en la primera mitad de los setenta, como la conocieron tantos niños y niñas de mi generación, a los que nos intentó transmitir el gusto por sus versos y sus rimas, en los que, tras su apariencia ingenua, se escondían a veces verdades como puños que de otra manera la poeta no habría podido contar a los tiernos infantes de aquellos años fríos y grises en que habían sido compuestos, a los que sus palabras ponían un poco de luz y color en medio de tanta oscuridad. Porque no cabe duda que despertar en los niños el amor por la vida, por las gentes, por la naturaleza, los animales y las letras puede llegar a ser uno de los mayores actos de rebeldía frente al desatino.

Fue mucho después cuando conocí a la «poeta de guardia» del postismo, a la de la Isla Ignorada, la que hacía lírica desde el humor y la ironía a veces, otras desde la ternura, las más de las veces desde el compromiso con el sufrimiento humano, pero siempre desde la sencillez de quien busca más «contar lo que pasa que contar las sílabas,» de quien al «viento llama viento» y ama la sangre que corre por las venas.

Hoy es el cumpleaños de una niña de cien años, porque Gloria tuvo el don de hacerse siempre niña, con esa fresca ingenuidad de quien cree en la vida, en los sueños, en que la poesía puede cambiar el mundo, y ofrece un poco de belleza escrita en un papel a quienes pasan frío en las noches de invierno. Niña, divina loca, solitaria a un tiempo que solidaria, irónica a la vez que tierna, castiza y universal, religiosa y revolucionaria, libre en el amor, feminista y pacifista, en resumen, Gloria Fuertes.


GUARDIA POÉTICA

«...en esta noche en la que, como en casi todas,
soy poeta de guardia».
(Gloria Fuertes)

Porque la tierra sigue vomitando
niños muertos con metralla
y Manolo (o Samir) marcha cada día a la guerra
para no volver;
porque a los jóvenes ya
ni siquiera le salen oficinas
y los abuelos siguen convocando a la luna
para ser tres con su sombra;
porque a la niña se le escapó
el globo de su inocencia
y los árboles gigantes se suicidan
en los bosques negros, calcinados;
porque aún no hay pobres por vocación,
sino pobres a la fuerza, empobrecidos,
y por cada estatua de un dictador que se suicida
se erigen veinte de sátrapas en la sombra,
necesitamos poetas de guardia,
poetas-isla para acoger
marineros huérfanos sin tierra,
vigías de la palabra de sobria ternura.
Necesitamos la gloria de tu voz
para hacernos fuertes frente al desatino.
(Inma Calderón. Publicado en la antología Homenaje a Gloria Fuertes en el centenario de su nacimiento. Ed. Jardín de Judith, 2017)


2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con lo que dice tu poema, me sumo al homenaje ya que no podría encontrar palabras con tanta lucidez y sentimiento como las que expresas en él para la gran poeta de lo sencillo que fue Gloria Fuertes.
    Un saludo cálido y fraternal de un nómada de espíritu a otro. Magnifico libro el tuyo, por cierto, íntimo y profundo para disfrutar y releer.

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    1. Muchas gracias, Manolo, por tu comentario. Gloria para mí fue un ejemplo vivo de libertad en unos momentos en los que esta brillaba por su ausencia, una mujer de inmensa humanidad y una poeta de la sencillez y la verdad.
      Me alegro de que te haya gustado mi libro y también de que gracias al enlace hayas llegado hasta aquí. Un abrazo.

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