sábado, 28 de abril de 2012

MANRESA EN EL CORAZÓN


Multiplico silencios por tus callejones,
Aire sutil detiene el tiempo alerta
Navegando nómada entre góticos arbotantes.
Renacer del alma en llamas prendida,
Éxtasis telúrico con sed del infinito
Sostiene el rumor del agua en la ladera.
Ala aleve del instante en sueños de hadas
Estrecha en aristas la luz amanecida, 
Níveo transpirar del aire y de la piedra,
Encuentro del sol en azules transmutado.
La levedad trocada solidez entre tus muros
Colma el espíritu y la carne al fin remansa,
Orlada de  nubes en la calma de los días,
Rompe la aurora el perfil de presentido cielo.
Arreboles esparcen en átomos claridades,
Zozobra de la noche que pierde la partida.
Ósculo de ríos en cauces florecido,

Navío anclado en las dársenas del tiempo. 




El sábado 21 de abril tuve ocasión de compartir en tierras catalanas un bello y emotivo recital con el poeta Joan Morales Alcudia. A las seis de la tarde empezamos los dos a recitar nuestros poemas, él en catalán de su poemario bilingüe Cenizas de recuerdos/Cendres de recors y yo en castellano, ante un público sorpresivamente numeroso dadas las circunstancias (el duelo Barça-Madrid no tardaría en dar comienzo). Y lo hicimos abriendo el acto con unas imágenes de nuestras respectivas ciudades y con dos poemas a ellas dedicadas. Joan quiso que sus versos, los únicos que recitaría en castellano, fueran para Sevilla y los míos, que conforman el poema acróstico aquí presente, evocaban un paseo sentimental por la localidad que en esta ocasión nos acogía, Manresa. 


En breve espero completar esta entrada con un vídeo que recoge algunos momentos de este recital, que sin duda será la mejor reseña de lo que esa para mí inolvidable tarde ocurrió entre los muros del café teatro "La Peixera", a cuyos responsables quiero agradecer desde aquí su calurosa acogida. 

miércoles, 18 de abril de 2012

LA POESÍA CON MAYÚSCULAS


CONSUMACIÓN
                                                       A Vicente Aleixandre
                                                    
La mar es un segundo que traga la mirada,
la sombra de una ola engulle edén perdido
y en retirada deja algas de turgentes besos.

              Sólo la luz.

La luz amante de vírgenes cristales,
la luz que de la tierra hace nacer los cuerpos,
heridos pájaros por el filo de unos labios,
en inocente aurora de criaturas cristalinas.
En la consumación del tiempo las historias
dejan los márgenes manchados de su paso,
los bordes del existir en el espejo cóncavo,
cenizas en combustión de la existencia.
La nieve del olvido quema la memoria.


Evidentemente, con el título de esta entrada no me refiero al humilde poema que la encabeza, con el que tuve el atrevimiento de rendir homenaje a D. Vicente, sino precisamente a su obra, a ese legado que nos dejó este poeta del 27, una de las cimas de la lírica mundial del siglo XX y de la literatura castellana de todos los tiempos. 
El pasado 13 de abril quisimos hacer un reconocimiento a su figura en Jerez. Fue una velada inolvidable en la que tuve la dicha de participar. Coordinados por Mari Carmen López Frías, los poetas Sara Castelar, Verónica Pedemonte, Carmen Saíz, Álvaro Quintero, Isabel de Rueda, Ana Patricia Santaella, Josefa Parra, Mauricio Gil-Cano y la que os escribe fuimos desgranando la obra de nuestro premio Nobel, siendo el cantautor gaditano Fernando Lobo el encargado de poner el toque musical.
Pero mejor que contarlo con palabras, es que podáis verlo en este magnifico resumen a manera de montaje audiovisual realizado por José María Soto con la colaboración de su hija Alejandra.  Merece la pena.
















  

domingo, 8 de abril de 2012

PASCUA FLORIDA


Por más que el monstruo negro
de abismales fauces abiertas
pisotee con demoledora bota
toda belleza
que de mi entraña nace;
aunque la ambición sin colmo
y la sinrazón de estado cruel
continúe forjando cristos sin brazos
para ser inmolados en cruz;
aun en el caos tumultuoso
o en el silencio de la tumba
Que guarda los restos más queridos
desgarradoramente arrebatados.
Recordad:
yo soy la Vida,
la brisa siempre renacida
en un amanecer de esperanza.
Yo, la tierra Madre,
para recoger en amoroso regazo
el dolor de mis criaturas.
Yo, claro  manantial,
pozo de aguas renovadas
que saciaran la sed de justicia.
Yo, lengua de fuego,
zarza eternamente ardiente
Para prenderos de amor en lo más hondo.
Recordad:
yo soy la Vida.

(Del poemario Tejedora de anhelos publicado por Nuño Editorial en el volumen Plumier de Versos I)


Según su etimología, la palabra "Pascua" significa paso, transición. Alude al momento en que se produce un movimiento que hace que una realidad cambie de una situación a otra, generalmente de un estado de esclavitud a uno de liberación. La Pascua es, desde sus orígenes, una fiesta de primavera, de plenilunio, de renacimiento. Se celebra en el momento en que la naturaleza, tras el invierno, retoma su florecer, por lo que siempre tuvo mucho de triunfo de la vida.

Pascua es salir, ponerse en marcha, como Moisés y los israelitas, por un desierto en busca de la libertad, es dar la vuelta al dolor y convertirlo en gozo y alegría, afirmar que los poderes inicuos no tienen la última palabra, y que algún día triunfará la justicia porque las razones de los opresores no pueden tener potestad sobre tantos seres humanos. 

Por eso hoy más que nunca quiero desde estas líneas desear feliz Pascua: porque no podemos darnos por vencidos y dejar que el desaliento nos suma en un eterno viernes santo; porque la vida siempre se impone y está de parte de los pequeños; y porque si bien es arduo, siempre hay un camino de liberación.

Así que hoy quiero terminar dejando, a manera de peculiar felicitación el tema de la gran cantautora chilena y querida amiga Mariela González Hijos del mismo cielo, en la voz de Vasti Michel, dedicado especialmente a esos niños y niñas "de la colina del Principito" que esperan también vivir su particular Pascua hacia la paz y la libertad.