jueves, 31 de diciembre de 2015

VENTUROSO 2016


Ojalá y que el año que comienza sea en nuestro planeta el del despertar a una nueva conciencia más solidaria y respetuosa con la tierra y todos los seres que la habitan. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

"TOSANTOS"



La atmósfera dorada se transmuta en sueño,
el atardecer temprano que pinta soledades
abre el umbral por el que transitan los espíritus
en busca de la luz en medio de las sombras.
Las azofaifas, el membrillo, los tubérculos ocultos
que cual ánimas en pena surgen del inframundo,
el corazón del erizo en mi pequeño canasto,
aparición del espectro de quien fui,
esa niña perdida a la que mató el tiempo
que vuelve esta noche llevando de su mano
la santa compaña del recuerdo.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

CUANDO ENMUDECE EL CORAZÓN

Me niego a poner la fotografía. No puedo. Es que casi no me salen las palabras mientras la pena, la rabia y la vergüenza se apoderan de todo mi ser. La pena porque no otra cosa puede inspirar la imagen de una criatura asesinada víctima de la iniquidad y la ambición de los poderosos que siembran la que debería ser hermosa faz de nuestro planeta de guerras, de muerte y de miseria; la rabia porque es el sentimiento que me embarga cada vez que un ser inocente e indefenso sufre cualquier tipo de maltrato o de muerte; y vergüenza, mucha vergüenza por pertenecer a la especie dañina y nociva que en vez de proteger a los suyos, los aniquila, a una humanidad indiferente ante tanto dolor y tanto desatino.

No pondré esa fotografía, esa terrible instantánea que me ha paralizado el corazón, por respeto a la criatura y a sus padres, que posiblemente también murieron mientras intentaban infructuosamente sacarlo a flote. 

La humanidad se desangra en estas tragedias. Siria, la bella Siria, la tierra añorada de mi viejo amigo Abukassim, que a ella fue a morir tras muchos años en Sevilla invitándonos a su té negro y regalándonos sus historias en ese su peculiar castellano sin pes y sin íes, es hoy un infierno de desolación y muerte del que huyen estas pobres almas sin destino entre las que se encuentran esos niños y niñas que tendrían que estar correteando entre las faldas de sus madres, o portados a hombros por sus padres, seguros y felices, acunados por sus nanas en vez de perdidos en el mar de la aniquilación o intentando cruzar las alambradas del egoísmo europeo.

Esta entrada no tiene foto. No voy a utilizar su imagen. Era muy pequeño, inocente, muy indefenso, un ángel para arropar en el regazo, pero la iniquidad humana lo dejó, frío e inerte, a la orilla de una playa.


Como un ángel sin alas arrojado a las olas
que mecen y acunan tu sueño de muerte,
levedad de un suspiro que amamantó el miedo,
ternura truncada escupida a la arena.
La brisa es madre en la postrer caricia
para amortajar en llanto el horror del mundo,
criatura sin nombre en infancia clausurada,
inmolada en el ara de pertinaz locura.
Tu cuerpo curvado es un interrogante
que se clava cual hoz en nuestra indiferencia,
ofrendado en los brazos de la mar
como mudo alegato de la infamia,
cruel metáfora del humano desatino.


domingo, 3 de mayo de 2015

VERSICULA AMATORIA

Ayer, en una tarde calurosa de esas que adelantándose, se complacen en presagiar los rigores estivales que nos esperan, tuvo lugar en el Teatro Romano de Itálica el ya tradicional recital "Cien minutos, cien poemas" que organiza la Institución Literaria decana en Sevilla "Noches del Baratillo". En esta ocasión nos dimos cita más de cincuenta autores que recitamos nuestros poemas acogidos por estas vetustas piedras que han sido testigos y escenario del transcurrir de los siglos. 

A una enamorada, como yo, de la Cultura Clásica, a la que he dedicado tantas horas siempre le provoca muchísimo respeto dejar oír su voz y sus humildes versos de aspirante a aprendiza en el Parnaso de las Musas en un lugar tan cargado de significación y de historia en el que hay que entrar de puntillas para no molestar a los Manes y Penates de aquellos que en su momento de gloria y esplendor lo habitaron. Por eso esa tarde quise que mis palabras, mi poema, fuera un pequeñísimo y humilde homenaje a esos líricos latinos, poetas neotéricos y elegíacos de la antigua Roma que, junto a otros clásicos como los griegos, hebreos, árabes y castellanos, me han alimentado y han sido fuente de inspiración para mi modestísima voz de poeta: Catulo, Ovidio, Virgilio, Propercio, Tibulo, Horacio... Por ellos iban mis VERSICULA AMATORIA, encabezados por un dístico de la Elegía XIX de Propercio, que paso a traducir: "Que acaso mi funeral de tu amor careciera, ese temor es más amargo que las propias exequias".


“Sed ne forte tuo careat mihi funus amore,
    hic timor est ipsis durior exsequiis”.
(Propercio: Elegía XIX)

Confúndanse cien, mil de tus besos
en la sutil cadencia yámbica de unas sílabas,
entremézclense en las arquivoltas de la metáfora
y piérdanse en ese ocaso estremecido
en el orbe de Febo desangrado.

Enrédense tus manos como mirto
entre mis aristas firmes de columna
aromadas con las ramas de la dríade
para coronar en laureles
tu deseo y el mío entrelazados.

Arderán mis miembros como Dido
en la hoguera de ese hexámetro incandescente
que en sus pies mis sentidos transporte
a otros prados sin lindes ni fronteras
rendidos ya  en las calendas del olvido.

Podrá el día  clausurar los dísticos de mis horas,
apagar las parcas mi voz en cadencia de elegía,
prendido llevaré este éxtasis  en mis huesos;
no falten tus lágrimas sobre mi inerte ceniza
que sublimará en amor la consumación del tiempo.

(Del libro Con la venia de Erato)


Fotografías cortesía de Pepi Bobis Reinoso y de la Institución "Noches del Baratillo".

lunes, 6 de abril de 2015

MARÍA DE MAGDALA

 En este lunes de Pascua lluvioso en Sevilla, quiero desear a quienes se acercan a leer este blog una feliz Pascua en el renacer de la primavera y para ello nada mejor que acercarnos desde una lectura crítica de los textos, a un personaje femenino muy interesante por todo lo que puede simbolizar, un personaje que nos habla de fortaleza y libertad en un contexto en el que las mujeres no contaban y al que, como suele suceder, la mentalidad patriarcal intentó manipular tergiversando su figura: María de Magdala.

Desde los primeros siglos del cristianismo, la tradición occidental nos ha presentado una imagen de “La Magdalena” como pecadora arrepentida y penitente, cuyo ascetismo es el contrapunto de su pasado de mujer de mala vida, de prostituta, ocupación a la que, siempre según estos autores, se dedicaría antes de su encuentro con Jesús.  Pero si queremos apoyar estas afirmaciones en las Escrituras, nada más echar sobre ellas una somera mirada nos damos cuenta de que en ningún lugar de los Evangelios se dice que María Magdalena fuera prostituta, ni tan siquiera se la califica de “pecadora”, ¿de dónde proceden pues estas divulgadas atribuciones?

Para responder a ello hemos de fijarnos en tres mujeres diferentes que aparecen en los textos neotestamentarios:

De María Magdalena los evangelios nos dicen que era una de las mujeres que acompañaban a Jesús y le apoyaban con sus bienes (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); Marcos la hace testigo de la Pasión y Juan la coloca al pie de la cruz junto a la Madre de Jesús; observa como depositan en el sepulcro al Maestro (Mc 15, 47) por lo que la mañana del día primero llega a este lugar antes que Pedro y Juan (Jn 20, 1-2) y es la primera a la que se aparece el Resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), además en el pasaje joánico es enviada por él a ser “apóstol de los apóstoles”. Marcos y Lucas, por su parte, nos informan de que Jesús había expulsado de ella siete demonios.

Otra mujer de nombre también María es la hermana de Marta y de Lázaro. Aparece en el Evangelio de Juan en el pasaje de la resurrección de su hermano y en otra ocasión derramando perfume sobre los pies del Señor y secándoselos con sus cabellos. En el Evangelio de Lucas las hermanas de Betania reciben a Jesús en su casa y esta última se sienta a escucharle mientras la otra se afana en las tareas del hogar, pero los exegetas no se ponen de acuerdo sobre si son la misma pareja de hermanas o se trata de distintas mujeres ya que en este pasaje no se nombra a Lázaro.

La tercera mujer en cuestión es la pecadora anónima que unge los pies de Jesús en casa de Simón el Fariseo (Lc 7, 36-50).

No es difícil que el lector poco avezado relacione la unción de la mujer anónima de Lucas con el acto realizado por María hermana de Lázaro en el texto de Juan, suponiendo por tanto que se está hablando del mismo personaje. Por otro lado Lucas, después de este episodio, presenta a María Magdalena como la mujer de la que Jesús ha expulsado siete demonios, por lo que se puede llegar a la conclusión errónea de que las tres mujeres son sólo una, identificación que, como he dicho anteriormente, cuenta con una larga tradición, tanto en la iconografía como en la predicación entre los latinos, ya que los griegos siempre las distinguieron.

 Por otra parte tenemos la imagen que de María Magdalena nos dan los textos no canónicos, es decir, los apócrifos y los gnósticos.

La alusión más importante a María de Magdala en los evangelios apócrifos la encontramos en el Evangelio de Pedro en donde aparece como testigo de la resurrección. Sin embargo los textos encontrados en Nag Hammadi, los evangelios gnósticos coptos de Tomás y de Felipe, presentan a María como una discípula muy cercana de Jesús en el mismo plano que los apóstoles. En el evangelio de Tomás aparece nombrada en un enigmático pasaje (log. 114) que ha dado trabajo extra a teólogo/as y escrituristas: Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo». Por su parte, en el de Felipe se la llama “compañera de Jesús”  (log. 32) y se afirma que el Maestro la besaba en la boca. Y de los pocos fragmentos encontrados del llamado Evangelio de María Magdalena podemos colegir que entre los seguidores de Jesús había una corriente que lideraba esta mujer frente a otra, que fue la que prevaleció, encabezada por Pedro y Andrés que desconfiaba de su testimonio.

Precisamente de una lectura literal de estos textos, unidas a ciertas tradiciones medievales de la Provenza, parten las modernas hipótesis según las cuales María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazaret, además de la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente ocultada por la Iglesia Católica, con lo cual la que antes fuera prostituta y pecadora arrepentida pasa a basar su relevancia dentro de la primitiva comunidad de seguidores de Jesús en lazos meramente sentimentales más que propiamente espirituales, es decir, pasa de ramera a  esposa, de puta a “señora de”, dos caras de la misma moneda, la mujer que siempre adquiere su identidad en función de sus relaciones carnales, lícitas o no, con el varón.

Pero la figura de María Magdalena va más allá de estas falsas imágenes que la reducen y empequeñecen. Los pocos datos que nos dan los evangelios, tanto canónicos como gnósticos, retratan a  una mujer fuerte, con cierta independencia económica pues daba apoyo efectivo al movimiento del Nazareno con sus bienes, que debía de sufrir un fuerte bloqueo psicológico y emocional, simbolizado en los siete demonios, que le impedían el desarrollo espiritual hasta el momento de su encuentro con Jesús. A partir de entonces se convierte en una de las personas más cercanas al Maestro, al que sigue hasta el final y cuyo mensaje acoge en su corazón, siendo receptora de las enseñanzas más profundas reservadas a los elegidos (de ahí el gesto del Evangelio de Felipe del beso en la boca que no tenía como se ha querido ver carácter sexual sino que era entre los gnósticos el símbolo de la transmisión de la sabiduría del maestro al discípulo). Tras la muerte y resurrección, lideró a una parte de la comunidad de seguidores, teniendo tal vez fuertes enfrentamientos sobre todo con Pedro y Andrés, cuya mentalidad patriarcal no comprendía que una mujer pudiera enseñar y predicar.

¿Estuvo María en Provenza? ¿Acabó sus días en Éfeso retirada junto a Juan y la madre de Jesús? ¿Fue en realidad la esposa de Jesús? Ni lo negamos ni lo afirmamos, nos faltan datos fidedignos, pero nada de ello es relevante, ya que lo que importa es la gran figura espiritual de esta mujer que representa y simboliza el seguimiento activo y la entrega a una causa así como a todas esas mujeres que, en un contexto hostil, intentaron abandonar su estatus de sumisión y silencio para tomar la palabra y hacer valer un mensaje, pero a las que la historia más tarde se encargó de difuminar bajo un velo nebuloso de falsas leyendas que distorsionaron su figura.

sábado, 28 de marzo de 2015

MIGUEL HERNÁNDEZ, SETENTA Y TRES AÑOS DE AUSENCIA

A MIGUEL, PRESENTE EN LAS AUSENCIAS

Hoy quiero llorar tu ausencia
y en la tuya la de aquellos
que cayeron en campo de amapolas
soñando primaveras.

Hoy quiero rimar un verso
en la metáfora ardiente
de la vida que se entrega
abriendo amaneceres.

Hoy quiero arañar los surcos
de yunta de niño hambriento
para sembrar la palabra
conjugando porvenires.

Ser rayo de incesante luminaria,
viento que abate los mástiles del miedo,
hombre al acecho
en moroso suceder de lunas.


domingo, 22 de marzo de 2015

SU PRIMERA VEZ

El pasado mes de septiembre cumplió los dieciocho y empezó sus estudios universitarios. A primeros de marzo terminó su primer cuatrimestre en la facultad con unas magníficas calificaciones, fruto de su esfuerzo personal y de haber tenido el sentido común de elegir estudios siguiendo su vocación. Y hace unas horas ha estrenado su mayoría de edad ciudadana ejerciendo su derecho a voto. Ayer me pidió que fuéramos los dos juntos en esta mañana de primavera sevillana entreverada hasta el colegio electoral. Era su primera vez y quería compartirla conmigo, que yo le llevara de la mano en ese laico rito iniciático de la primera votación, más que nada por cuestiones prácticas porque las otras, las de conocimiento y reflexión, ya las había puesto él de su cosecha.

Y yo encantada. En todos los años que llevo empadronada en Sevilla, siempre he ido a ejercer este derecho sola y, ¿por qué no decirlo?, también me causaba cierta emoción que mi hijo quisiera que yo fuera testigo de esa experiencia, pero sobre todo porque sé que para él no ha sido un mero trámite pues en las semanas anteriores habíamos hablado muchas veces de sus dudas y preferencias, de programas electorales, que se estaba leyendo con detenimiento, y de candidatos, escándalos y corruptelas, así como de la naturaleza del poder.

Por eso afirmaba antes que a la hora de madurar su elección no había necesitado muletas, que él por su cuenta se había encargado de buscar, cotejar y discernir. Con la importante formación humanística que a sus años lleva ya a las espaldas más quiero pensar que el ejemplo de haberme oído tantas veces decir que a pesar de todo hay que votar, aunque nada te convenza y tu voto sea nulo a manera de protesta, y además en mi caso como mujer, que costó mucho a nuestras antepasadas arrancar ese derecho como para ahora hacer dejación de él, no me cabe duda de que esta mañana llevaba los deberes bien hechos.

Una vez que entramos en el colegio, se detuvo a mirar todas las papeletas. "¿No la encuentras?", le pregunto. "Quiero ver todos los que se presentan, algunos no los conocía. Son curiosos", me responde señalando alguna papeleta. Pienso que es capaz de volverse a casa a buscar en internet incluso esos programas. Pero no. Quiere ir a la cabina porque el voto es secreto y dice no parecerle bien esa falta de pudor electoral de coger la opción entre los partidos expuestos en los bancos. Y a partir de ahí: el buscar la mesa, dejarme pasar a mí primero, entregar su documentación y por fin la acción de votar: un ligero temblor en la mano, no atina a la primera, momento cumbre del rito, de la vez primera, del estreno oficial como ciudadano. 

Y yo, que me siento orgullosa de mi aprendiz de historiador, de este joven recién estrenado en la adultez, que tan en serio se ha tomado el gesto democrático de elegir, un gesto denostado, y no sin razón, por tantos motivos de peso: listas cerradas, corrupción, falta de altura política de los candidatos, y de miras de los partidos. Esa madurez, que quiero suponer no le es exclusiva, sino que a buen seguro es común a una considerable parte de su generación, es para mí un signo de esperanza. Ellos son el futuro y vienen con fuerza. No quieren repetir nuestros errores, no quieren hacer dejación. Si algo no les gusta, van a cambiarlo, pero lo harán desde la reflexión, desde el conocimiento, desde la responsabilidad y tomando las riendas con sus manos. 

Dejadme que, a pesar de los agoreros, de las opiniones catastrofistas y de la realidad de un sistema educativo que es evidente no saca lo mejor de nuestros chicos y chicas, esta noche haga una apuesta por ellos, por su sentido crítico y su responsabilidad, por su deseo de no ser manipulados y por su afán de tomarse en serio sus derechos y deberes sin dejarse engañar por cantos de sirena, equivocándose, sí, porque también ellos tienen derecho al error, pero con la resuelta intención de hacer lo mejor posible las cosas. No sé a quién habrá votado mi hijo (el voto es secreto), ni si será la mejor opción o la que yo habría elegido, pero sí sé que no lo ha hecho a la ligera ni dejándose llevar cual borrego por el grupo, sino desde el conocimiento y la reflexión. Y eso sólo tiene un nombre: ser ciudadano y no súbdito.

sábado, 21 de marzo de 2015

DÍA DE LA POESÍA


Aunque en este blog la celebramos y amamos todo el año, no está de más recordarla también en su día.

jueves, 19 de marzo de 2015

PAPÁ


Nunca tuviste náuseas matutinas, ni se te hincharon las piernas o te salieron estrías. No podías sentir dentro de ti la vida, sólo de forma subsidiaria en mis palabras, en una imagen en una pantalla o en el tacto de la mano sobre el vientre. Tu cuerpo no se transformó, pero te aclimataste a cada cambio del mío. No pariste, pero acompañaste cada contracción, cada pujo, cada exhalación. No amamantaste, pero fuste alma nutricia desde el primer vagido. No te hicieron falta subidas hormonales para enamorarte de tus crías, te bastó con la primera mirada, con olfatear su olor a pan tierno, sentir el tacto de terciopelo cálido y oír la llamada de su llanto. 

Fuiste el refugio seguro de sus primeros pasos (dadda, dadda, Samir, dadda, Saluita...) y la voz que les traía sonidos y fonemas allende el Estrecho. Tu panza fue cuna de sus primeras siestas e improvisado parque infantil en juegos matutinos cuando ellos eran el mejor despertador en fines de semana. Has acunado insomnios y calmado miedos con paciencia infinita, rascado espaldas (tetté, papá, tetté) como cuerdas de guitarra, te has dejado coger coletas y meter goles en el parque y te has tirado al suelo (al suelo, papá, al suelo) para jugar con los playmobils mientras no te dolían prendas en cambiar pañales, bañar criaturas o preparar cenas.

Has sido un poco papá oso, un tanto maestro y otro poco psicólogo y confesor. Has reído y celebrado con ellos sus alegrías, sus logros, y has estado a su lado en las preocupaciones y las penas, en esos dolores que el crecer conlleva. Has combinado límites y libertades, llamadas al orden con juegos y bromas. Te veo a su lado y a veces siento la punzada de los celos, pero no pienses mal, que enseguida se diluyen. Me basta con pensar que te quieren como a mí, que su apego infantil se ha transformado en cariño adolescente, ese que se mueve entre los extremos: del abrazo al "déjame", del beso al "no me entiendes", del "con mi padre nadie se mete" al "¡pero qué pesado eres, gordo!". 

Y es que todos estos años, desde el día en que unas rayitas rosas nos anunciaran que Samir venía en camino, te has levantado cada mañana dispuesto a ganarte a pulso ese título no se adquiere ni por sangre ni por genes, ese que sólo merecen llevar quienes lo trabajan y lo viven: PAPÁ.

Vaya esta entrada por ti, mi compañero de vida, padre con todas las letras, por ti Khalid, y por todos esos otros padres que como tú están a pie de vida entre pañales y notas, mocos y risas, juguetes y libros, cenas y baños, canciones y llantos, tanto en las primeras palabras como en los primeros amores, esos que saben mecer, acunar, consolar, reñir, estimular y consolar, los que, en cualquier circunstancia, incluso las más adversas, son expertos en pintar una sonrisa en la cara de sus hijos y hacerles comprender que, pase lo que pase, siempre siempre podrán contar con ellos, ¿verdad, Paco Reyes?

domingo, 8 de marzo de 2015

NO SOMOS UN PROBLEMA


Pues sí. Con esta perogrullada de título quiero comenzar hoy, 8 de marzo, esta reflexión en el que de ser día reivindicativo y de lucha, parece que se ha convertido en día festivo y de felicitaciones, que no hay nada como apropiarse y domesticar algo para que poco a poco pierda su chispa.

Permitidme que os diga que paso por una fase muy escéptica. Yo, que enarbolaba la bandera morada en cualquier acto de mi vida, que llevaba de la mano a mi hija a las manifestaciones soñando con el momento en que ella se hiciera su propia pancarta (porque lo de "Saluita es guapa, Saluita es lista y además feminista" se lo inventó ella sola parafraseando uno de los eslóganes), que saltaba a la primera de cambio y no dejaba que como mujer me pisaran ni de refilón, a estas alturas de mi vida siento cierto hartazgo de ciertas cosas, pero sobre todo estoy hasta el moño de ser "un problema".

Sí, vas por ahí y oyes que si el problema de las mujeres en el trabajo, que si el problema de la maternidad, que si el de la menopausia, que si el de los micromachismos, que si el de la propiedad de nuestros cuerpos, que si el de la identidad... Que de acuerdo, que yo no digo que no sean cuestiones importantes, y mucho, pero ¿cuándo vamos a hablar de las mujeres sin problematizarnos, sin vernos como una cuestión a resolver? Porque miren ustedes, nosotras no somos ni un logaritmo neperiano ni una cuestión a la que intelectuales y especialistas tengan que dar una respuesta. Nosotras no somos el problema, el problema es un sistema patriarcal que hace que grandes colectivos estén sometidos a la desigualdad por mor de su injusticia radical. 

Por eso no, yo no soy un problema y reivindico mi derecho a ser lo que soy: una persona, una persona que es mujer lo mismo que es gaditana, morena, amante de las letras o aficionada a la gastronomía, porque en este momento de mi vida me he cansado de que la biología sea destino y de que haber nacido en un determinado cuerpo tenga que marcarme y sobre todo convertirme en problemática. 

Cuando era pequeña no estaba del todo de acuerdo con ser niña. Evidentemente, en los años de mi infancia, ser niño era mucho más divertido, mucho mejor: a los niños no se les obligaba a hacerse la cama (tengo que reconocer que mi madre no era muy exigente con eso de las tareas domésticas, pero alguna para mi desgracia caía), los chicos no tenían problemas con las faldas ni con cerrar las piernas cuando se sentaban (con lo que a mí me gustaba espatarrarme), ellos podían llegar más tarde y nadie temía que les pasara algo por la calle... Sin embargo a mí, aunque por una parte se me espoleaba para que estudiara y fuera independiente, se me enseñaba recato, contención, se me amenazaba con el apocalipsis si no aprendía a coger un dobladillo o hacer vainica y, aunque sacara diez en todo, se me calificaba de inútil por no coger la escoba en condiciones. Y si a eso con el tiempo se le unieron los dolores de la regla, el que te consideraran un desastre por no echar mucha cuenta a la moda o no tontear como una pava con el sexo contrario haciéndote la idiota, decididamente ser chica no era ninguna bicoca.

Pasada la adolescencia,  me fui reconciliando con la cuestión de ser mujer porque es que, la verdad, también entendí que ser varón no era ni por asomo el culmen de la realización y la felicidad, y sobre todo porque descubrí que podía serlo a mi manera, que no tenía por qué seguir los patrones establecidos, que muchas antes que yo habían luchado para que eso no fuera así y que yo también podía unirme a su lucha. Y sí, me hice feminista, feminista de la igualdad. Y en la lucha descubrí que ser feminista representaba ponerse de parte de los débiles, de quienes viven en los márgenes, de todo el que sufre explotación o de la minoría ignorada, y que muchos confunden feminismo con hembrismo, que junto al machismo, es el peor enemigo de nuestra causa. 

Así que hoy la nómada transita por unos senderos en los que sólo desea que todas y todos gocemos de las condiciones necesarias para desarrollarnos y ser personas, que llegue un momento en que un día como el de hoy desaparezca porque deje de tener sentido, porque ser mujer, ser varón, sólo sea una característica más, hermosa y posibilitadora, y no un lastre, un destino inexorable que marque una vida. 



sábado, 28 de febrero de 2015

CULTURA EN VERDE Y BLANCO


Esta mañana, una querida amiga catalana me felicitaba por nuestro día con la imagen de un mapa de los escritores andaluces (faltaban, como es evidente, muchísimos, que no habría mapa para tantos, pero como testimonio simbólico está muy bien) y otra no menos querida madrileña me enviaba una de esas composiciones en las que aparecen representadas algunas de las más relevantes personalidades de nuestra historia con la frase: "Y todavía hay gente que dice que los andaluces somos incultos y analfabetos por nuestra forma de hablar". A ambas, con las que a veces he hablado y debatido sobre nacionalismos e identidades, les agradezco desde aquí el detalle. Ellas saben que yo me siento andaluza por los cuatro costados, que me duele en el alma mi tierra y que la llevo como bandera, pero que precisamente por eso, mi sentimiento es universal y mi espíritu nómada no me deja anclada en exclusivismos que a ninguna parte conducen, haciendo que pueda sentirme de cualquier lugar al que me lleven mis pies.

En una de esas ocasiones en las que tratábamos estos asuntos, el debate se planteó sobre si podíamos considerar que Séneca, Maimónides o Columela eran andaluces. Que son cordobeses y gaditano respectivamente es indiscutible, pero ¿andaluces? ¿Se podía hablar de Andalucía en la Antigüedad o la Edad Media? Ardua cuestión en la que los estudiosos no se ponen de acuerdo, pero que en el fondo, sea cual sea la respuesta, creo que su importancia no radica en el hecho del cuándo, sino en el del cómo. ¿Cómo se ha formado nuestra identidad? ¿Cuál es el pozo del que bebemos? Y ahí es evidente que desde Tartessos a nuestros días lo que hoy somos se ha ido forjando gracias a que la tierra del Sur de la Península Ibérica ha sido encrucijada de culturas, escenario de la vida de pueblos muy distintos y matria acogedora de todos aquellos que aquí han querido plantar sus reales. Andalucía nació como una realidad muy diversa y rica, con gentes de una relevante sabiduría natural, pues con tales antecedentes no podría ser de otro modo, y espíritu universal como su más destacada seña de identidad, ya que como afirmaba Blas Infante: "No puede existir una Andalucía libre si no es basada en la justicia social y en la solidaridad con el resto de los pueblos".

Una Andalucía libre. Sí, libre. Libre de los ancestrales problemas que hace siglos nos cayeron como una pesada losa y que todavía no hemos podido sacudirnos, esos que nos acucian y que no nos permiten desarrollarnos como lo que verdaderamente somos: un pueblo rico y sabio, hospitalario y acogedor, soberano y universal, en vez de alienado y despojado. 

Miremos ese mapa de escritores y escritoras, y también la composición fotográfica de las grandes personalidades andaluzas que hoy me han regalado, pero sobre todo miremos a los hombres y mujeres de nuestra tierra, a nuestras personas mayores que todo nos lo han dado, a nuestras criaturas que estos días vuelven de la escuela entonando nuestro himno, a nuestros jóvenes que tantas veces se ven obligados a dejar sus pueblos y ciudades, a esas personas que todos los días se levantan empeñados en un futuro mejor, mirémoslos y creámoslo: somos un pueblo grande, un pueblo con muchas posibilidades, un pueblo culto, que no va a doblegar la cabeza, un pueblo que va a trabajar y luchar por lo que le corresponde y va a exigir esa justicia social de la que hablaba el Ideario Andaluz sin la cual no podremos ser esas gentes de luz dadoras de humanidad. 

Y como regalo en este día, aquí queda el Himno de Andalucía por alegrías de Cai con Chano Lobato y el coro de Julio Pardo, que para eso una, aunque sevillana de adopción, es gaditana de la República Independiente de Puerto Real.






domingo, 15 de febrero de 2015

PRESENTACIÓN DE "SANGRE DE NÓMADA" EN LA CARBONERÍA-LEVÍES DE SEVILLA



El pasado vienes día 13 de febrero tuve la inmensa alegría de presentar mi poemario Sangre de nómada en un entrañable acto en Sevilla, en el marco inigualable de La Carbonería. Fue una velada en la que a la magia de la poesía se unió el goce del cariño y la amistad. Conté con la presentación del poeta Álvaro Quintero, que constituyó toda una pieza literaria, con las cariñosas palabras que enviara la prologuista de la obra, Ana Patricia Santaella, que fueron leídas por Mari Carmen López Frías y con el acompañamiento musical del joven concertista de guitarra Julio Belda Abreu, pero sobre todo con el calor de mis seres queridos que allí se habían dado cita para recibir a este mi nuevo "niño de papel". 


Tras los acordes de la guitarra de Julio, Álvaro Quintero abrió el acto con unas palabras cargadas de afecto en una hermosa pieza literaria que no puedo menos que reproducir:

"El trabajo literario de Inmaculada Calderón seduce al comensal a través del banquete de las palabras que brinda una familia intercultural: perspectiva de mesa infinita, abarrotada de toda clase de viandas y de postres crujientes. Lugar providencial para comulgar con el reclamo del cuerpo y la prolongación del espíritu: la gastronomía como arte y como cocina del pensamiento. Hablo de Amores y Sabores, libro de Inmaculada que descubre las recetas y secretos de una familia intercultural.

Hablo de la escritora que escruta en el interior de la jaima la sombra del forastero para entablar el diálogo necesario con el tiempo. Hablo de la editora que declara la nefasta y necesaria inutilidad de la poesía y en consecuencia crea una editorial: Los Libros de Umsaloua.

Hablo de la teóloga de la arena que escribe y comparte el pensamiento ecléctico y heterodoxo como quien cultiva un jardín donde brotan amapolas.

Hablo de inmaculada Calderón, poeta que confiesa  que cada poema suyo ha nacido en unas circunstancias determinadas, pero todos tienen el denominador común de haber brotado de ese carácter nómada, que vive más en el tiempo que en el espacio, que es un veneno que recorre sus arterias. Hablo del perfil de la amiga pródiga en bondad y solidaridad.

Sin escudarse en lecturas orientalistas o en gratuitas nostalgias nómadas nuestra poeta nos guía a través de una decidida caligrafía a contemplar y participar de las más singulares hazañas del verbo, más allá del logro literario, más acá donde la sombra de la jaima recibe con hospitalidad milenaria la humanidad del forastero.

La sed y los modales de infinito de que el lector avezado en el milagro hace gala son ampliamente satisfechos en la cisterna del poema. La palabra como río de amor y sombra del paraíso cabalga sin prisa y con acento nómada, tatuando tras sí el mundo vital y literario que impone para sí la teóloga de la arena.

Lectura de Sangre de nómada que abordé con delicada y estudiada indisciplina. Elemental argucia que el lector atento al milagro encuentra sin dificultad en cualquiera de los apartados (oasis) del poemario. Como sangre nómada la poética de Inmaculada imprime una decidida voluntad de unidad a cada uno de los apartados del libro que reclama la atención del cálamo siempre al acecho al atlas de la sensibilidad: mapa donde se da cita el conjuro a la maternidad, recodo de vida donde la palabra como caravana de imágenes reparte y enumera los dones que la poeta en su íntimo periplo por los más singulares ejercicios de amor y protesta comparte como un examen de necesaria hospitalidad.

Sangre de nómada: diálogo entre dos orillas, boda intercultural de la metáfora donde toda aparente antinomia es bellamente resuelta en los espejos de la común silaba de asombro y en los espejismos que gratamente cultiva la universal memoria:

“El interior de la jaima/
 Oasis en el camino/
 Sendero de estrellas/
Peregrino de la palabra”.

Tampoco quiero dejar de reseñar aquí las palabras que escribiera Ana Patricia Santaella, autora del prólogo, con las que quiso hacerse presente, y a las cuales, como puede verse en el vídeo enlazado al final de las mismas, dio lectura Mari Carmen López Frías:

“Soy los restos de un ayer, peregrina incertidumbre / entre gotas de vacío/ que navegan por mi sangre / de nómada sin raíz”, dice Inmaculada Calderón en este libro, Sangre de nómada.

Un poemario recorrido por bellos poemas en lo que se advierte desde primera hora, la sinceridad y la humanidad con la que han sido  escritos y engendrados

Abarca el espacio vivencial y temporal de varios años, desde 2011 hasta 2014. Lo que nos pone gozosamente sobre la pista de que para nada fueron escritos desde la celeridad y la premura (algo por desgracia, imperante y desalentador en nuestros días).

Es un libro conmovedor y conmovido, y confieso que vuelvo a emocionarme al releerlo para escribir estas sencillas palabras.

Sangre de nómada se divide en cuatros partes: El interior de la Jaima, Oasis en el camino, Senderos de estrellas y Peregrinos de la palabra.

Ninguna pose o falsedad se advierte en él, todo lo contrario, lo forma un extenso grito nómada que recorre vivencias personales, paisajes sentimentales, gozos, amores y cómo no, la ancha grieta del desaliento al contemplar las injusticias que asolan y castigan al mundo.

Destaco estos versos dedicados a sus hijos, Samir y Salua:
“En el laberinto del deseo que me arrastra / y zarandea mis huesos desgastados por la arena del tiempo que erosiona, sólo añoro / las caricias de unos dedos diminutos / aferrados a una cuerda de cometa.”

Vosotro/as vais a ser testigos privilegiados ahora, de lo que acabo de decir. A buen seguro que en esta presentación, se encuentran buenos amigos y amigas, además de personas que empiezan a conocer el buen hacer lírico de Inmaculada Calderón, una poeta que ha dado un patente salto cualitativo, sin desdeñar para nada lo que ha concebido anteriormente.

Sangre de nómada, si queremos ser justos con él, debemos de decir que es un libro excelente, bien escrito, bien estructurado y surcado de musicalidad y sentimiento.

El resto es cosa exclusiva de vuestro libre albedrío".



Y me tocó el turno a mí. Era el momento de agradecer a todas las personas presentes que hubieran tenido a bien acompañarme en el momento de dar a conocer mi obra y arroparme con su cariño, así como de leer algunos de los poemas presentes en Sangre de nómada, un poemario que quiere ser un pequeño homenaje a la amistad y a todos aquellos que han formado parte de mi caravana vital, invitados a tomar un té en el interior de mi particular jaima, a repostar en los oasis de mi camino y subir por un sendero de estrellas por donde transitan los peregrinos de la palabra.


Fue muy emocionante compartir mis poemas, recitarlos ante el silencio y alguna que otra lagrimilla del auditorio, sentir que la poesía se enseñoreaba y resonaba entre los muros cargados de historia y de arte de La Carbonería. Y también dedicar ejemplares con la pluma que para ello me regalara el paje más guapo y apuesto de los Reyes Magos: ni hijo Samir.

Del pequeño recital, quiero aquí dejaros el vídeo de un poema que escribí sentada en un arriate a la entrada de la barcelonesa Ciutadella un domingo mientras esperaba a unos amigos y añoraba aquellos años de la infancia de mis hijos ya adolescentes: "Saudades de infancia".


Es una pequeña muestra de lo que fue la magia de esa velada. Ahora la caravana de Sangre de nómada ha de seguir su recorrido. Si alguien entre quienes me leéis deseáis tener un ejemplar, podéis solicitarlo en vuestra librería habitual o pedirlo al correo UMSALOUA@gmail.com y, dentro del territorio nacional, lo recibiréis sin gastos de envío. 




















Las fotografías y vídeos de esta entrada son cortesía de Macarena Torre, Miguel Hermoso y Mari Carmen López Frías.


          

miércoles, 21 de enero de 2015

A MI DULCE TORMENTO EN SUS DIECISÉIS ENEROS

Hoy me vas a permitir que te escriba en el blog, aunque sé que huyes de todo lo que sea público, que hace tiempo que no me dejas ni que te tome una foto, por más que estoy segura de que tú con tus amigas te las haces, y que desde que la adolescencia te visitara, te has tornado reservada y reservona, tanto que me las he visto y deseado para traer aquí cuatro imágenes tuyas que me gustaran y que no fueran aquellas que se publicaran allá por el 2008 cuando, con sólo nueve años, fueras protagonista en una Feria del Libro.

¡Se te ve tan pequeña en la primera! ¿Recuerdas? Fue en nuestro inolvidable viaje a Roma, aquel en el que tuvimos que hacer parada obligada en Piazza Argentina para visitar el refugio de gatos. Tu hermano quería ir a la Ciudad Eterna a ver arte y museos y se enfadaba conmigo si no éramos exhaustivos en las visitas, pero tú además de por el Coliseo, las historias de romanos y las Catacumbas (te encantaron las Catacumbas) querías ver gatos.

Ya te habías informado de que en Roma se les tiene mucho respeto y de que allí se cuida con esmero a las colonias y deseabas visitar una. Eras una niñita de largas trenzas y ojazos negros enormes que siempre llamaron la atención, pero sobre todo una personita independiente y cabezota que ya apuntaba maneras. ¡Eras tan mía entonces! La niña que me acompañaba a manifestaciones y recitales, la que quería ser poeta, la defensora a ultranza de los felinos que se colaban en el patio, la pequeña campeona de esgrima, la hija alegre en una infancia feliz.

Por eso, de un tiempo a esta parte, no puedo dejar de preguntarme a dónde se fue mi pequeña, dónde vive ahora esa criatura inquieta, qué parajes transita. Sé que el tiempo es implacable, que la infancia pasa, que es una quimera quererte eternamente niña, eternamente feliz, eternamente mía..., pero tantas veces te busco y no te encuentro, tantas siento tu desazón, es tan hondo el abismo que a veces se asoma a tus ojos que en ocasiones desearía haber tenido el don de parar el paso de los días, de detenerte en tus ocho, tus nueve o diez años para devolverte así a mi regazo perdido donde siempre había consuelo, a tu "papitis" de entonces, cuando tu padre era tu héroe y yo la rival que siempre claudicaba. 


Hoy cumples los dieciséis y, aunque tú no lo creas, te has convertido en una preciosa joven, una mujer de afinada sensibilidad que intentas esconder bajo mil capas porque el mundo hiere, porque la inteligencia extrema es cruel y tu clarividencia te duele hasta el tuétano, pequeña Casandra entre incomprensiones, que no vivimos buenos tiempos para las almas nobles y luminosas. 

Hace dieciséis años que mi vida está más plena. En una madrugada fría como la pasada, la vida nos hizo a tu padre, a tu hermano y a mí el mejor regalo. Llegaste queriendo ya descubrir el mundo, con el rostro levantado, mirando siempre el firmamento, buscando las estrellas, queriendo encontrar aquello para lo que tu corazón está hecho y tu mente preparada. ¿Lo encontrarás? Pero mientras, mi pequeña, mi niña, sabes que siempre puedes contar conmigo. Te quiero.

Hoy querría perderme entre tus brumas,
pasear por el paisaje borrascoso que pintan tus ojos
y devolver el sol a tu ensombrecido cielo,
un sol color naranja, con rayos definidos
y sonrisa cándida de niño ilusionado.
¿Quién dijo que no hay aguaceros en la primavera?
Si pudiera, sí, si pudiera,
volvería a enclaustrarte en mi seno,
paraíso feliz, para envolverte
en las aguas serenas del olvido
lejos de la fiera que habita el laberinto
negro de noches en silente espera.
Curar la herida de precoz clarividencia,
acunando tu consciencia en mi regazo,
a la inocencia devolverte blanca,
a ese mundo que ansías y no encuentras,
donde inerme y desnuda el alma
la luz de tu corazón brille sin velos.

"El color de mi cristal". Composición fotográfica de S. el Moussaoui

miércoles, 7 de enero de 2015

"SANGRE DE NÓMADA" EN "LUZ CULTURAL, EL ÚLTIMO REGALO DE LOS MAGOS

En la entrada de las vísperas de la noche mágica del seis de enero, escribía sobre fantasía, regalos, ilusiones y gratuidad comentando que no se deben nunca confundir con derechos y justicia, mientras hacía el sano ejercicio de dejar salir a la niña interior que me habita para pedir a los magos que en la mañana de su fiesta en mis zapatos aparecieran unos pequeños detalles que constituían este año mi particular carta a esos amigos del Oriente.

Pues bien, tengo que decir que mis entrañables magos se han portado y que en representación de ellos, un joven y apuesto paje con un nombre tan oriental como Samir se ha encargado de obsequiarme con una elegante pluma estilográfica para firmar mis poemas nómadas mientras que otro más maduro y de origen también árabe ha decidido que la música que me inspira mientras trabajo la oigo mejor con unos auriculares de más alta calidad que esos que reparten en el AVE. No ha estado mal, aunque al parecer los Mon Chéri este año han volado de las estanterías y me he tenido que conformar con esos que anunciaba la viuda de un ex-ministro de Hacienda que, por contener la maldita lactosa, mis tripas no aguantan muy bien. 

Pero por la noche, antes de volver hasta el año que viene al reino de la magia y la ilusión, han querido colmar también el tercero de mis deseos. No diré que he debido de ser una niña muy buena porque sé positivamente que los magos no premian ni castigan las acciones ni de grandes ni de pequeños y que eso del carbón no es sino un mal invento de algún mengue verde de la Navidad, eso que los anglosajones llaman el "Grinch", y que en mi tierra sería el malange de turno. Simplemente es que la magia es así, pura gratuidad, y en esta ocasión a mí me ha querido regalar mucho y bien, tanto que la sección de poesía de la edición del seis de enero de Luz Cultural está por completo dedicada a Sangre de nómada. Y en esta ocasión no sé cuál de los magos ha querido usar de pajes para tal obsequio a los poetas y amigos Ana Santaella y Álvaro Quintero.

Aquí os dejo el enlace a Luz Cultural, un magazine, por otra parte, altamente recomendable, para que podáis leer el texto completo de la entrevista que me realizó Ana  así como la reseña crítica que Álvaro Quintero hace del poemario:

Con Reyes así, la cuesta de enero es sin duda menos cuesta.



lunes, 5 de enero de 2015

MI CARTA A LOS MAGOS

Sí, porque yo creo en ellos, porque existen en ese mundo ideal de la fantasía en donde todo es posible y en el que la magia se hace realidad por mor de la gratuidad y la alegría. Yo creo en ellos, magos que no reyes, nómadas observadores del cielo y las estrellas que supieron descubrir que la auténtica "realeza" no está en los palacios ni en las mansiones de los poderosos, sino en el milagro de cada niño que nace, en la humildad de la vida que se revela frágil y a un tiempo que fuerte y soberana, sujeto de derechos inalienables y objeto de amor incondicional.

Y por eso, porque creo en ellos y ellas (que también existen las magas, algún día os contaré el cuento de la Maga de Oriente), no he podido resistirme a darle hoy, junto a un amigo, a su heraldo mi carta, una carta en la que pido eso, ilusión y regalos, pura magia y fantasía, porque los conceptos claros y el chocolate espeso (y sin leche): una cosa son los derechos y otra los regalos.

Es que, a ver, ¿qué es eso de pedir a los Magos que se acabe la crisis, el hambre en el mundo, que todas las personas puedan acceder a la educación o a la sanidad o que desaparezcan las guerras? No, amigos y amigas, esos son derechos, no regalos, y representan la conditio sine qua non de la humanidad, las condiciones mínimas de dignidad que cada criatura tendría que llevar aparejadas y que, como desgraciadamente así no sucede, es nuestra obligación luchar para conquistarlas, no pedirlas a la magia o dejarlas en el mundo de la ilusión. Es como eso tan terrible de que a los niños pobres los Magos les traigan ropa mientras que a los ricos les ponen juguetes. ¡No y no! Vestirse es una necesidad y las necesidades se cubren, no se regalan y mucho menos se dan por caridad, que ya lo dijo Catalina de Siena: "Dar por caridad lo que corresponde por justicia es como poner un paño caliente en una herida purulenta". El don y el regalo responden a la mera gratuidad, al, hablando en román paladino, "porque me da la gana", y son un plus añadido,

Yo tengo una particular definición de regalo: es eso que te gusta, que te encantaría tener, pero que tal vez nunca te pondrías a buscar para ti. Por eso para mí nada más lejos del concepto de regalo que las famosas "cosas prácticas" que decían nuestras madres. Y por eso siempre me he negado a que mis particulares magos trajeran ropa o zapatos a menores de doce años y a los mayores, sólo esa que les gusta, pero que habitualmente ellos no se pueden comprar.

Por tanto dejo las "cosas prácticas" de los problemas del mundo a la lucha del día a día y no las pido a los Magos en mi carta, que ellos no están para solucionar los problemas políticos y sociales, sino para poner una vez al año un poco de imaginación y una pizca de alegría, para, ¿qué mejor regalo?, volvernos por unas horas como los niños y niñas que fuimos y dejarnos soñar, jugar e imaginar. 

Así que hoy en mi carta no me he puesto trascendente, me he permitido pensar un poquito en mí y hacer el sano ejercicio de, por una vez y sin que sirva de precedente, pedir cosas tan nimias y prescindibles como una buena crítica para mi último libro, una pluma bonita para firmarlo (siempre me gustaron las estilográficas) y unos bombones Mon Chéri, que ya me he enterado de que no contienen lactosa. Pero lo cierto es que este año más que que me traigan, lo que quisiera es que se lleven, sí, que se lleven de una vez los malos mengues.

FELIZ NOCHE DE LA MAGIA Y LA ILUSIÓN