jueves, 21 de marzo de 2019

QASIDA

Y fue a esa edad... Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
(Pablo Neruda: La poesía)


Llegaste un día
como lluvia preñante de sentidos
para inundarme en el primigenio balbucir del mundo.

Fuiste 
aguijón clavado en piel ardiente,
danza en el éxtasis de los enamorados,
sutil caricia en sílabas de aire
y vendaval arrebatado en la playa de unos versos.

Me llevaste
por la senda de la palabra inefable
y fui criatura en edén prohibido
que osó tocar el verbo con sus manos,
profanar con su pluma el logos del origen.

Me sedujiste
en madrugadas insomnes al calor de tu abrazo,
en silenciosas vigilias en busca de tu beso
mendigando el favor de tu mirada,
de la levedad de tu esencia de espuma.

Llegaste un día
y ya para siempre habito
en el balbuceo insondable de los tiempos.