domingo, 16 de febrero de 2014

POR LOS QUE, COMO ELLA, SUFRIERON EL ABANDONO

A mi gata Mirra

Porque sabes que hace frío fuera,
que la media luna es alfanje afilado
y que el día trae nuevas desventuras;
porque tus carnes son sabias en dolores
y tu cuerpo conoció la angustia
de la vida que se escapa en la garganta;
porque no te es ajena la humana necedad
que destroza la ternura de lo bello
y pisotea sin tregua la pequeñez indefensa,
¡qué es dura, compañera, la jornada!
Silente amiga en la hora de las musas
que ya no susurran versos de enamorados,
sino clamores de barricada y fuego.
Porque  sentiste la zozobra
y también el lenitivo de un abrazo,
la helada crueldad del abandono
y la calidez amable del cariño,
sabes brindarme el descanso del arrullo
del sonido de la paz y del sosiego,
la calma aterciopelada en tus caricias
y el misterio del brillo ambarino en tus iris.
Porque tú, noble criatura libre,
entiendes mi duelo por las libertades.

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