Ese
humus voraz del vertedero
que se empeña en revolcarnos en su fango
es el vómito de hiel que nos impregna
y nos rebaja al fondo del abismo.
La perversión silente de los necios,
la contumaz mentira de las lenguas
revestidas de retruécanos y oropeles
celebran sobre el ara su alianza,
sus nupcias manchadas de muerte y de dolor.
En una noche sin luna y sin luceros
bailan macabra danza sobre las fosas
de las vísceras pútridas de los vencidos
y exhalan sin piedad su negro aliento
sobre los cuellos sumisos a sus yugos.
que se empeña en revolcarnos en su fango
es el vómito de hiel que nos impregna
y nos rebaja al fondo del abismo.
La perversión silente de los necios,
la contumaz mentira de las lenguas
revestidas de retruécanos y oropeles
celebran sobre el ara su alianza,
sus nupcias manchadas de muerte y de dolor.
En una noche sin luna y sin luceros
bailan macabra danza sobre las fosas
de las vísceras pútridas de los vencidos
y exhalan sin piedad su negro aliento
sobre los cuellos sumisos a sus yugos.
Mas
llegará un día en que broten amapolas
en los pechos ateridos de los hombres
y habrá besos fecundos de vida
para calmar la sed de sus labios.
Florecerá el grito en las gargantas atrofiadas
en los pechos ateridos de los hombres
y habrá besos fecundos de vida
para calmar la sed de sus labios.
Florecerá el grito en las gargantas atrofiadas
en
un alborecer de luz transformadora,
que
cegará a las tinieblas y a sus hijos,
ante
la prístina claridad de su evidencia.
(Del poemario Sangre de nómada)
Hola Inma! Es siempre un placer leerte. Sabia amiga. Es un regalo tener un blog tuyo para poder disfrutar de tu escritura. A Favoritos va ahora mismo.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, María. Ya sabes que era algo que me rondaba por la cabeza desde que aquella tarde inolvidable en tu instituto. Espero no decepcionar.
EliminarUn abrazo.
Contundente, certero, un gran poema.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maria José, y este comentario viniendo de una gran poeta como tú tiene para mí mucho valor.
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