La
piedra entre tus dedos es pan de guerra
pues
tienes el hambre de los escorpiones ciegos
y
la inocencia muerta entre estertores
a
ritmo de metralla.
Leche
de madre con sangre de mártires
amamantó
las ansias de tu boca de cachorro
y
no hubo en tus sueños estrellas ni cometas,
que
el cielo sólo es el final del agujero
abierto
ante el maná maldito de la muerte,
en
satánica teofanía del ídolo sin rostro
que
transformó tu tierra en inmensa ara
donde
aplacar su avidez de sacrificios.
Tenías
que ser la víctima propiciatoria,
silente
oveja llevada al matadero,
carne
tierna ante sus fauces quemada,
una
cuenta más en su rosario de iniquidades.
Pero
la piedra se interpuso en el camino,
la
sangre que te nutrió desde la cuna
se
reveló feroz en tus entrañas,
que
tanta ira estalla en vientre tan pequeño
y
ya sólo cabe vomitar la rabia por los poros.
Tapiaron
tus sendas con alambre,
negaron
el agua a tu sed de vida,
agostaron
con fuego la alegría de tu infancia,
sólo
dejaron piedras en tu tierra reseca,
¿qué
otra cosa ya podían coger tus manos?
Del poemario Sangre de nómada
Dedicado a la Tierra Palestina, a sus hombres y mujeres, y en especial a sus niños, niñas y adolescentes, en espera de que pronto celebremos el día de su liberación.
Hermoso y estremecedor a un tiempo. Ojalá cambie la situación en Palestina pronto. En cualquier conflicto quien más sufre es el más débil.
ResponderEliminarUn abrazo
Espero ver una Palestina en paz, libre, donde los chavales puedan ir cada día a su escuela, donde las personas tngan oportunidads d ser feliz.
ResponderEliminarUn abrazo, querida Inma.
Hermoso poema. Es urgente que el deseo de que la paz reine en todos los rincones de nuestro bello planeta se haga realidad. Que así sea.
ResponderEliminarInma,
ResponderEliminarUn escalofrío ha recorrido todo mi cuerpo. Yo, por suerte, visité hace años Israel, y sé de qué hablas.
Un retrato perfecto de los niños de la guerra, esos diminutos cuerpos que parecen salir al mundo con hambre de sangre, con hambre de muerte y tristeza.
Como bien has dicho, en tú magnífico poema -magnífico y terrorífico por -la veraz crueldad de su existencia- ¿Qué van a nacer estos niños si desde nonatos se les niega la alegría de la infancia?. Muy bueno, de verdad.
Gracias por publicarlo en mi muro, sigue haciéndolo. Besos.
Ann@ Genovés
P.D. Creo, te he puesto mi última publi en tu muro, por si acaso, te envío el enlace. Bss
http://annagenoves2012.blogspot.com.es/2012/03/tu-sexo.html
Gracias por compartir tan bello y sentido poema. Me duelen todas las Palestinas que se desangran inútilmente, avasalladas, ultrajadas. Me duele la agonía de tantas vidas convertidas en crueles hogueras y sueño que un día cercano todo el dolor gritando en calles y avenidas se troque en el más grande y puro amor. Un abrazo
ResponderEliminarInma, amiga,
ResponderEliminar¡Ojalá que así sea!. No te puedes imaginar las desigualdades de tantos y tantos países, si no los has visitado. Imagino que habrás viajado.
Yo en un tiempo pretérito, en el que mi familia tenía fortuna –por negocios familiares-, pude visitar muchos países: Egipto, Marruecos, Túnez, Turquía, Israel…
Y puedo decirte que la principio lloraba a moco tendido, no soportaba estar alojada en hoteles de cinco estrellas y después ver a personas míseras, que vivían de nuestros lastimeros regalos.
No entendía como, dentro de un mismo país, había un puñado de millonarios y un montón de familias que vivían en la indigencia… Pero a sí era y sigue siendo. ¡Ojalá que algún día desaparezcan estos desequilibrios abominables!.
Besos,
Ann@ Genovés